La paliza se la llevó Raphinha: goleada de Argentina a Brasil en un partido con mucha tensión y repleto de tanganas

La paliza se la llevaron Raphinha y Brasil. El jugador del Fútbol Club Barcelona había calentado el choque entre Argentina y la Canarinha en la previa con unas declaraciones incendiarias y la Albiceleste se vengó a lo grande sobre el terreno de juego (4-1).

El Monumental de Buenos Aires fue testigo directo de una goleada de época que se cimentó en la primera parte. Un Argentina-Brasil nunca es un partido cualquiera, pero este, si cabe, tenía todavía un carácter más especial por las palabras de Raphinha.

Argentina saltó al césped encendida y dispuesta a demostrar que a la campeona del mundo no se le falta al respeto, así que encarriló el triunfo en el primer cuarto de hora.

Apenas cuatro minutos tardó Julián Álvarez en adelantar al combinado que dirige Scaloni. Un desmarque fabuloso para colarse entre centrales, una pizca de suerte para llevarse el balón y una definición a la altura para enloquecer a las decenas de miles de fervientes hinchas que abarrotaban el Monumental.

Con Brasil todavía desnortada, la Albiceleste aprovechó para volver a sacar el aguijón. Nahuel Molina se animó a subir por la banda y puso un centro tenso al segundo palo para que apareciera libre de marca Enzo Fernández e hiciera el 2-0. En un abrir y cerrar de ojos la paliza se la estaba llevando Brasil.

Un momento tenso en el partido entre Argentina y Brasil. REUTERS

La Canarinha, no obstante, no se dio por vencida y al filo de la media hora marcó por medio de Cunha. Un error imperdonable de Romero lo aprovechó el delantero para robarle la cartera y batir por bajo al Dibu.

El tanto le dio aire a Brasil, que estaba contra las cuerdas, pero Argentina volvió a golpear con el gol de Mac Allister. El 3-1 al descanso fue una losa demasiado pesada de levantar para los visitantes, que además encajaron un gol más en el segundo acto tras el tanto de Simeone.

Tensión y tanganas

Prácticamente se podía mascar la tensión en el ambiente desde mucho antes de que comenzara el partido. Con el pitido inicial y los goles tan tempraneros de Argentina se palpaba que algo iba a suceder.

Todo explotó cerca del descanso y, como no podía ser de otra manera, con Raphinha de por medio. Una falta de Tagliafico hizo que el jugador del Barça se revolviera, y ahí le estaban esperando todos los argentinos después de sus polémicas declaraciones.

Se formó un gran tumulto en el césped con casi todos los protagonistas involucrados que se saldó con una tarjeta amarilla para Tagliafico y otra para Raphinha. De Paul se encaró con Cunha además en una amarga discusión, tan sólo una muestra de las cuentas pendientes que había.

La tensión no se quedó ahí. Cuando el colegiado señaló el final de la primera mitad de nuevo se formó una gran discusión sobre el terreno de juego. A Raphinha le tuvieron que agarrar para evitar males mayores y, por suerte, la tangana no pasó a mayores.